Tras muchos años de reinado de la bolsita de plástico, el carrito para ir a la compra regresa a nuestros hogares con una apariencia más elegante y cuidada, así como una estructura más ergonómica y en múltiples formatos para satisfacer las diferentes necesidades de cada usuario: subir escaleras, ocupar espacios reducidos, pesar poco, ser polivalentes, conservar la temperatura de los productos…
Aunque seguía siendo indispensable para hacer la compra en el barrio a la manera tradicional, sobre todo si se iba a pie, el tradicional carrito de la compra quedó relegado a un segundo plano. Ahora, una conciencia más ecológica nos invita a recuperar el tradicional carrito para ir a la compra.
Las alternativas a la contaminante bolsa de plástico de un solo uso han sido varias, desde las bolsas biodegradables a las bolsas de rafia o tejido de loneta, sin embargo lo que mejor ha evolucionado ha sido el carrito de compra. Nuevos formatos han aparecido en los últimos años. Por un lado, se ha prestado especial atención al diseño para adaptarlo al gusto de los mayores y jóvenes, dotándolos de un carácter más unisex. Por otro lado, la ergonomía ha mejorado enormemente, pasando a ser mucho más ligeros y fáciles de trasladar. Finalmente, las nuevas formas de vida urbanas, con pisos mucho más reducidos, han llevado a los fabricantes a prestar especial atención a los carritos plegables, que apenas necesitan espacio para guardarlos cuando no se utilizan, pero que despliegan una gran capacidad cuando se los necesita.
Elegir el carrito de la compra
A la hora de elegir, conviene fijarse en los dos elementos que conforman el carro de la compra: las características de la bolsa y las características del chasis.
La bolsa
Lo principal en la bolsa son sus medidas y su capacidad para saber cuánto nos cabe y lo que ocupa, pero también el material del que está hecho para tener en cuenta su resistencia (generalmente poliéster/nylon), su impermeabilidad y otros elementos útiles como el tipo de cierre o la posibilidad de transportar alimentos frescos y congelados que necesiten aislamiento térmico. En cuanto al diseño de la bolsa, podemos encontrarlos en diferentes estampados (adamascado, cuadros, círculos, gráfico…), acabados (brillo, liso, impermeable…) colores del tejido y formas (estilo saco, mochila, bolso…). En este sentido han evolucionado tanto que en algunos casos se los puede elevar casi a la categoría de complementos de vestir.
El chasis
En cuanto al chasis, quizás éste debería ser el criterio más importante a la hora de decidirse por el carrito ideal. Son fundamentales su peso y el peso máximo que soporta, el número de ruedas (2, 4 o hasta 6), si éstas son o no giratorias y si permiten subir las escaleras; si se pliega a la hora de ser almacenado, si tiene asa telescópica o abatible, si se los puede independizar de la bolsa…
Hay que tener en cuenta que una misma colección, con sus colores, estampados y variaciones, puede tener diferentes chasis. Veamos algunos modelos de chasis de Rolser para ilustras las diferentes posibilidades.